viernes, 28 de agosto de 2015

CÓMO HACER INVESTIGACIÓN DE MARKETING INFANTIL



MARKETING INFANTIL

Existe una porción de la población, que actualmente ronda cerca de 15% en la mayoría de los países de Europa y Norte, Centro y Sur América, cuyas edades se encuentran entre los cero años y hasta los doce, cuyas características son especiales y variantes, para los cuales las estrategias de marketing deben tener características especiales y mucha creatividad. Este tipo de marketing muy específico, busca enganchar a una franja de edad muy corta para la que los procedimientos estándar y la lógica no tienen tanto peso como las emociones y las características intangibles del producto.
La franja de la población en esta edad son los niños. Ellos no son objetivos, ni se dan cuenta de las ventajas de un producto tal como las entienden los adultos, así que debe centrarse en otros aspectos que no sean la rentabilidad ni la cobertura de necesidades para tener éxito entre los más pequeños.

La Complejidad del Target Infantil
Una de las características principales de los niños es que son muy permeables, y son capaces de recordar muchos conceptos en sus primeros años de vida. Esto provoca que se mantenga en su recuerdo una marca por más tiempo que en un adulto. Esto puede parecer una ventaja, pero si no se explota de manera adecuada puede llegar a perjudicar la marca.
Una de las principales, famosas e inmutables leyes del marketing ratifica la de idea que muchos conocen y que en ocasiones, han experimentado en carne propia: nada importa, salvo la decisión del consumidor.
Cualquiera tiene en su memoria algún producto que ha demostrado su bajo poder competitivo,  aún teniendo una calidad más que aceptable y apoyándose en costosos planes de comunicación.
Cuando esto ocurre, surge la pregunta ¿dónde está el fallo? En ocasiones, el error proviene de algo tan evidente como una deficiente distribución del producto o un precio inadecuado, pero otras veces, y hay muchos casos que así lo demuestran, el fallo proviene de la falta de conocimiento por parte de las empresas de su consumidor potencial. 
El hecho de que los niños no busquen un producto de forma racional,  lleva a la necesidad de crear un producto que apele a los sentimientos de los más pequeños, es decir, que llame la atención no tanto por sus características sino por la manera de presentarlo. La clave de la publicidad para niños está en que sea lo más dinámica posible, dando sensación de diversión y entretenimiento.

Hay que tener en cuenta que el marketing para niños no solo se centra en los anuncios publicitarios o en prensa. El marketing directo, a través de stands o paneles informativos atraerá a los niños de forma natural. Recordemos que un niño tarda más en olvidar una sensación, así que podemos incluir reclamos que les resulten difíciles de olvidar.
Cuando un producto se dirige a edades tempranas, es muy habitual que el desconocimiento del consumidor sea todavía mayor que en otros segmentos. Con mucha frecuencia, se oyen frases como: cuando era niño me hubiera gustado tener... o  Este producto va a funcionar porque a mi hijo le ha encantado y es que a veces, los análisis tienden a basarse en experiencias propias, (todo el mundo ha sido niño y/o tiene una estrecha relación con alguno). Si se cae en esta trampa, es prácticamente inevitable el fracaso.
El mercado infantil es quizás el más difícil de comprender de todos los mercados.  Las razones fundamentales son tres: Su continua evolución, la corta permanencia del individuo en su segmento de comportamiento y la necesidad de fragmentar profusamente el grupo en tramos con características comunes.

La constante evolución
Es un segmento en constante cambio.
El conjunto de normas, valores y formas de comportamiento compartidas, varían de generación en generación.
Los adultos, no tendrían tiempo suficiente para enumerar las diferencias percibidas entre los niños de ahora y su propia infancia, y esto ocurre cualquiera que sea la edad del adulto. No es necesario que pase excesivo tiempo para percibir estas diferencias.
Si se realiza una investigación entre consumidores infantiles y se repitiera seis meses después conservando los objetivos, metodología y diseño muestral, puede verse que las respuestas a las mismas preguntas habrían variado de forma significativa, mucho más de lo que esperaría un investigador acostumbrado a centrar sus análisis en otros targets.
Estos cambios provienen fundamentalmente de los cambios experimentados por la propia sociedad que, evidentemente, a nivel de consumo y mercado afectan a la totalidad de la misma. Sin embargo, es necesario no olvidar ciertos aspectos que por la propia naturaleza y rol asumido por el niño, actúan en mayor medida.
Este es el caso de la innovación tecnológica. Las edades más jóvenes aceptan con mayor agrado todas las novedades relativas a la tecnología aunque conlleven un aprendizaje previo. Una vez integradas en su vida diaria, no conciben la no-existencia de las mismas. Pero como este sector está en continuo cambio, las demandas y necesidades varían,  por lo que crecen las dificultades.
Las tendencias demográficas también influyen sobremanera en el mercado infantil. Todos conocemos el crecimiento negativo experimentado por la población infantil en los últimos años en  Europa, Norteamérica y en  países de América Latina entre los cuales Venezuela es uno de ellos.
Las distintas instituciones estadales ocupadas de la evolución demográfica de sus poblaciones dan cuenta de que el porcentaje de niños entre 0 a 14 años, ha disminuido en los últimos años hasta situarse cerca de 15% del total de la población. Como caso particular mi familia nuclear de los años 50 y 60 estaba conformada por nueve (9) hermanos y el promedio de hijos de esos nueve hermanos es de 3,5 hijos. Aunque no es generalizable si se observa que en su entorno experimentó un crecimiento negativo de 5,5 niños por hogar.
Una de las consecuencias de este hecho, es la especial atención que los adultos muestran por satisfacer las demandas de la joven población.  Los padres responden con agrado a sus peticiones, ya que como todo bien escaso tiende a aumentar su valor, y la sociedad moderna ha asimilado la importancia del grupo infantil para la perdurabilidad de  algunos de los pilares más básicos.
Nos encontramos, por tanto, con un target mimado al que es difícil fidelizar con un solo producto. El ciclo de vida del mismo disminuye, pues el niño satisface su demanda y sustituye la misma por otra en poco tiempo.
Los padres, responsables en la mayoría de los casos del consumo de sus hijos, refuerzan todavía más este  consentimiento. La falta de tiempo para compartir con los hijos, crea un sentimiento de culpa que se diluye de alguna forma otorgando caprichos.

Cambios fugaces en el individuo
Al igual que se habla de una constate evolución en sus características globales como grupo, son todavía más evidentes  los cambios que se producen a nivel individual.
Un niño de 8 años puede ser hoy un absoluto incondicional de un determinado juego o personaje y al día siguiente sentir con la misma intensidad rechazo por el mismo.
Si se compara a los niños con individuos pertenecientes a otras edades, puede constatar su transición fugaz, en términos temporales, por la categoría a la que pertenece. Hoy, se muestran claramente pertenecientes a un grupo determinado, les unen edad, consumo, aficiones y estilos de vida, y mañana, se encontra con un cambio de hábitos radical.
Las causas de este rápido ritmo de crecimiento se deben fundamentalmente al constante proceso evolutivo, tanto a nivel fisiológico como psicológico, en el que el individuo, objeto del análisis, se encuentra. Sus exigencias de consumo, por tanto, se irán desarrollando en función de productos que inciten su evolución/crecimiento.
Al mismo tiempo, la pauta de sus hábitos de consumo, responde a una decisión colectiva más que a una libre elección individual: tiene un verdadero afán de reafirmarse en el proceso de socialización. Es decir, el niño tiende a sentirse atraído por un producto o marca con el que se identifique individualmente y en grupo. Si la posesión de dicho bien le aporta seguridad y valores, a él y a su grupo de pertenencia,  estamos ante un producto deseado por el target.
Por tanto, si queremos que un producto infantil tenga éxito,  debemos tener en cuenta que las características del mismo, respondan a esa evolución permanente del niño, creciendo con él y acompañándole en sus diferentes etapas.

Un mercado que necesita una mayor segmentación
Este constante cambio, implica una mayor segmentación del target. En ocasiones, se dice que el mercado infantil puede categorizarse de acuerdo al estilo de vida de sus padres.
Dicha afirmación, sólo redunda en la idea de considerar a los niños como mini-adultos y no como personas especiales con características propias.
Una de las variables que en mayor medida marcan, o deberían hacerlo, una segmentación adecuada, son los ciclos de su educación reglada o impartida en el sistema educativo regular. Por ejemplo, el hecho de que el niño asista o no a un centro educativo, los conocimientos y relaciones que vaya adquiriendo en cada uno de los cursos escolares y los propios cambios fisiológicos y psicológicos marcan claramente sus hábitos de ocio y por tanto de consumo.
Una de las grandes preocupaciones en Plepso Investigaciones, cuando nos dedicamos al mercado infantil, es la consecución de una clara segmentación de su target.
Es evidente, que según el sector en el que estemos desarrollando nuestro trabajo,  tendremos que aplicar las debidas clasificaciones. Aún así, en los últimos tiempos, parece haberse establecido una serie de subgrupos con edades, características y patrones de conducta compartidos:

Preescolar (0 a 4 años)
Marcado fundamentalmente por la gran cantidad de tiempo disponible para el ocio-juego, pues no están escolarizados.
A partir de los dos años, el niño amplia el círculo de sus relaciones que van modelando su afectividad. Este hecho le ayudará a ir conociendo las normas sociales y morales.
Sus motivaciones al consumo se basan en el deseo de poseer cosas de una manera inmediata. El dinero no tiene valor por sí mismo. Entiende, a partir de los tres años, que es tan sólo un vehículo para obtener pertenencias.
El mercado preescolar es percibido actualmente con gran potencial. Las causas fundamentales se deben a que:
1.  Los adultos, padres, son los responsables de la compra por lo que su elección es más racional. Buscan la calidad por encima de todo, pues el disfrute del bien se dirige al individuo del hogar que hay que proteger.
2.  El aumento de la renta percápita y la baja tasa de natalidad por hogar, proliferación del hijo único, influye claramente en un aumento del presupuesto  familiar a este mercado.
3.  El escaso tiempo disponible para cuidar de los hijos, potencia la compra de productos para proporcionar juego individual al niño.

Infancia (6 a 8 años)
Su escolarización le obliga a tratar con iguales con los que tiene que relacionarse: los juegos pasan de ser individuales a colectivos donde cobra gran importancia la diversión basada en la competitividad.
La comunicación más efectiva hacia este grupo, debe estar apoyada en un ritmo de exposición rápido que atienda a sus demandas, ya que sus motivaciones se basan, fundamentalmente, en la sorpresa y la novedad continua.
Comienzan a basar sus conductas en modelos de identificación fuera del ámbito familiar,  y se apoyan en un concepto nuevo para ellos hasta el momento: la pandilla.  En ella tendrán que reafirmarse constantemente, utilizando, en muchos casos,  hábitos de consumo.

Pre-adolescentes o período de transición (9 a 12 años)
Tratan de alejarse del universo de referencia de sus contemporáneos más jóvenes. Su continuo afán de crecer, les obliga a emular comportamientos adultos y despreciar todo aquello que peque de infantil.
Comienzan a reivindicar un mundo propio, fuera del control paterno y más integrado en la conciencia de pertenencia al grupo de iguales.
Los individuos pertenecientes a este segmento, empiezan a tener consciencia de lo que significa una marca, ya que cobran, en este período, especial importancia los referentes, bien sean ídolos o modas.

Adolescencia (13-14 años)
Frente a la dinámica de imitación y uniformidad característica de los preadolescentes, se reivindica ahora un papel propio en la sociedad basado en la rebeldía y la transgresión frente a las fuentes de autoridad conocidas, (padres, colegio).
Se potencia el logro de conseguir una identidad personal, por lo que les atrae seguir determinadas tendencias de moda para reafirmarse en su diferencia con respecto a otros segmentos sociales.
Esta clasificación no es ni mucho menos digna de aplicación única a la hora de abordar el análisis de un mercado tan complejo como el infantil. Es más, sino nos damos prisa, es posible que mañana no sirva.
Para finalizar, hay que tener en cuenta otro dato muy importante y es que los niños son hoy en día usuarios de internet. El marketing para niños ha tenido que dar un paso de gigante en los últimos años para adaptarse a este nuevo medio y llegar a los niños de la forma más directa posible. Internet abre un mundo de posibilidades para el marketing para los más pequeños y avanza constantemente en la búsqueda de nuevas formas de promoción.
Aunque sea el primer sector que se nos viene a la cabeza, no solo las empresas de juguetería utilizan el marketing para niños. Incluso algunos restaurantes usan estos reclamos para atraer a este sector de la población, incluyendo en sus menús juguetes diversos o sorpresas que los niños reciben con alegría.
El marketing para niños incluye todas las técnicas de promoción necesarias para llegar a este sector de la población, con características muy diferentes a los adultos y que demandan productos de otro tipo. Para poder emplear las técnicas más adecuadas a nuestras campañas, debemos estudiar qué tipo de producto estamos ofreciendo y centrarnos en crear emociones y sensaciones en nuestro destinatario, que son las características más apreciadas por los niños.
El marketing para niños está también entrando en la era de internet debido a que su franja de edad se está convirtiendo en usuaria habitual de las nuevas tecnologías. Toda innovación es poca para llegar a uno de los sectores más exigentes y conseguir que nuestro producto forme parte de sus preferencias.

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Para diseños de investigación de mercados, levantamiento de estudios de opinión pública y de seguimiento electoral no dude en contactar a Plepso Investigación, C. A. por sus teléfonos 0243 237.54.06 y 0412 439.25.85, a sus sitio web http://www.plepso.com.ve o al correo electrónico mercadeo@plepso.com.ve y jpleal@plepso.com.ve

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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES

Gestion.org (s/f) Las claves del marketing para niño. [Artículo en línea] disponible en: http://www.gestion.org/marketing/estrategias-ventas/43486/las-claves-del-marketing-para-ninos/ [Consulta: 2015, agosto 28]
Noguerol Fernández, Covadonga (s/f) La Complejidad del Target Infantil. España Revista Electrónica Investigación y Marketing Núm. 71  [Documento en línea] disponible en: http://www.aedemo.es/aedemo3/socios/revista71/ad-71-04.pdf [Consulta: 2015, agosto 28]

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