lunes, 17 de julio de 2017

APUNTES SOBRE MARKETING POLÍTICO EN REDES SOCIALES



APUNTES SOBRE MARKETING POLÍTICO EN REDES SOCIALES

En la actualidad el marketing político ha tenido un cambio radical, logrando impactar a las sociedades más jóvenes, con el objetivo de llevar el plan de acción en las redes sociales y así involucrar a los mismos, en movimientos sociales con resultados ventajosos para los partidos políticos, funcionarios públicos, y también a los activistas.

¿Qué es el marketing político?
La mercadotecnia política es el conjunto de técnicas de investigación, planificación, gestión y comunicación que se utilizan en el diseño y ejecución de acciones estratégicas y tácticas a lo largo de una campaña política, sea ésta electoral o de difusión institucional.
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Y basándonos en los elementos del marketing político: Mensaje, dinero y activismo. Se ha implementado en la actualidad porque los cambios son constantes en la sociedad y en la política es adaptación pura. Las campañas electorales es su más elevada expresión, al menos, las que realmente quieren competir, las que tratan de movilizar a sus electores y las que se construyen con imaginación y recursos. No hay cambio social o tecnológico que no influya en una campaña. Lo hizo la prensa escrita, la TV, la radio. Hoy es Internet en donde se producen los diálogos más originales y enriquecedores que se llevan con frecuencia en las redes sociales.

Presenta tres características adicionales:
Mediatización: utilización de los medios masivos de comunicación.
Videopolítica: está dominado por la imagen y las herramientas de comunicación audiovisual.
Ciberpolitica: el uso de las tecnologías digitales para la comunicación y movilización política.
El equipo de campaña, que puede consistir en un individuo inspirado o en un grupo de experimentados profesionales, debe pensar cómo comunicar el mensaje, recaudar fondos y reclutar voluntarios. La propaganda suele estar limitada por la ley, los recursos disponibles y a menudo, de la imaginación de los responsables.
La implementación de las redes sociales en la estrategia de marketing político tiene la ventaja de llegar a millones de votantes recortando los gastos de promoción y propaganda.
Mediante la implementación de una estrategia de marketing político a través de las redes sociales se obtienen beneficios como:
-       Posicionamiento de la imagen del gobierno, político o candidato.
-       Costos reducidos.
-       Captación de votantes indefinidos.
-       Introducción e implementación de políticas públicas.
-       Proyectar la imagen del político o gobierno más allá de su campo de desempeño directo.
-       Promoción en medios de comunicación con participación digital.
-       Muchos de ellos son fruto de las nuevas reglas de juego que imprime la cultura digital.
No se limitan a cambios en las formas. Exigen un alto grado de proximidad y autenticidad a los candidatos. Encontramos nuevos niveles de movilización y de incentivos que están cambiando la forma de hacer política. Pese a que los cambios, cuando los vives, siempre parecen lentos, las nuevas exigencias de la revolución tecnológica y cultural de la Red abren surcos profundos. Las campañas electorales siempre lo han sido, pero Internet ha generalizado esa conversación a niveles desconocidos.
David de Ugarte (2007) define el ciberactivismo como “toda estrategia que persigue el cambio de la agenda pública, la inclusión de un nuevo tema en el orden del día de la gran discusión social, mediante la difusión de un determinado mensaje y su propagación a través del boca a boca multiplicado por los medios de comunicación y publicación electrónica personal”. Afirma, a su vez, que el ciberactivismo no es una técnica sino que es una estrategia. Según este autor “hacemos ciberactivismo cuando publicamos en la red en un blog o en un foro buscando que los que lo leen avisen a otros enlazando en sus propios blogs o recomendándoles la lectura por otros medios o cuando enviamos un e-mail o un SMS a otras personas con la esperanza de que los reenvíen a su lista de contactos”. Plantea que hay dos formas de estrategia. Por una parte, la lógica de la campaña, consistente en construir un centro, proponer acciones y difundir la idea. Por otra parte, la segunda, es iniciar un swarming (ciberguerra), un gran debate social distribuido con consecuencias, de entrada, imprevisibles.
Las redes sociales filtran y modifican los mensajes políticos antes de que ingresen al cerebro y constituyen un complemento importante para la estrategia de marketing político de un candidato.”
Estos 9 apuntes permiten comprender mejor la relación entre candidatos, marketing político, votantes y redes sociales:
1.    Es indispensable que una campaña política trabaje las redes sociales, de lo contrario se estaría amputando un elemento central de la vida cotidiana de las personas. Ya es impensable dejar fuera de la estrategia de marketing político el tema redes sociales.
2.    Trabajar las redes sociales no implica dejar de lado otros aspectos de la campaña (la web, el mail, la campaña territorial, la televisión, la radio, la vía pública, los impresos…). No se trata de sustituir sino de integrar. No se trata de optar sino de complementar.
3.    Solo con las redes sociales no se ganan elecciones. Tampoco se ganan solo con la campaña territorial ni solo con la televisión ni solo con el marketing político ni solo con nada. Entonces las redes sociales influyen pero no ganan por sí solas. Son necesarias pero no suficientes.
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4.    Tanto las redes sociales como los medios convencionales son mediadores entre el sistema político y los ciudadanos, ocupan un papel de filtrado y modificación de los mensajes antes de que los mismos ingresen al cerebro.
5.    Los mensajes recibidos a través de las redes sociales son diferentes a los recibidos a través de los medios convencionales porque son más fragmentarios, más plurales, más contradictorios, más breves, más discontínuos, más fugaces, más personalizados y más emocionales.
6.    Para diseñar una estrategia de marketing político en redes sociales hay que determinar bien los públicos a los que se dirige la comunicación, entender cómo viven y cómo se comunican esas personas, saber qué problemas principales tienen, elaborar un mensaje apropiado para ellos y desarrollar estrategias de comunicación diferenciales en función de cada una de las redes sociales.
7.    Desde una perspectiva general, podría decirse que las redes sociales son muy buenas para movilizar al electorado duro, generando motivación, brindando líneas argumentales, despertando emociones y organizando.
8.    Es necesario tener en cuenta los perfiles diferenciales de los públicos que encontramos en las distintas redes sociales. Por ejemplo: el público de Twitter suele estar más involucrado en política, ser más activo y además influyente. En Twitter llegamos muy bien a los líderes de opinión de cada sociedad. En cambio en Facebook accedemos a un público más amplio, más grande pero en general menos masivamente interesado en política. Y en Google+ tenemos un público muy especial que, además del usuario común, es el propio Google (y cuantas más personas nos agregan a sus círculos más arriba podemos estar en las búsquedas en internet).
9.    La clave de los mensajes estará siempre en lo emocional porque esa es la base fundamental de la toma de decisiones. También hay que proporcionar elementos racionales para la ‘justificación’ racional de las decisiones.


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José Pérez Leal
Director de Investigación y Proyectos
“En Plepso Investigaciones, no le diremos lo que quiere escuchar, le mostraremos la realidad tal como la encontramos”

Calle Barbacoas, # P-342-D, sector Las Palmas, urb. Montaña Fresca, Maracay – Venezuela
Tlf.: 0243 237.54.06 y 0412 439.25.85
Para diseños de investigación de mercados, levantamiento de estudios de opinión pública y de seguimiento electoral en Venezuela, no dude en contactar a Plepso Investigación, C. A. por sus teléfonos 0243 237.54.06 y 0412 439.25.85, a sus sitio web http://www.plepso.com.ve o al correo electrónico mercadeo@plepso.com.ve y jpleal@plepso.com.ve



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES
Celaya, Javier (2008): La empresa en la Web 2.0: el impacto de las redes sociales y las nuevas formas de comunicación online en la estrategia empresarial. Barcelona. Gestión 2000.
Eskibel, Daniel ( 2014) 9 apuntes sobre marketing político y redes sociales. Revista digital: Maquiavelo & Freud, Psicología para cambiar la política. [Artículo en línea] disponible en: http://maquiaveloyfreud.com/marketingpoliticoyredes/# [Consulta: 2017, julio 15]
Fernández, Carmen Beatriz (2010) ¿Cómo ganar una elección? Secretos de Marketing Político. Libros El Nacional.
Mazariegos Cigarroa, Alfredo Galaor (2014) Marketing político en las redes sociales. [Artículo en línea] disponible en: https://www.gestiopolis.com/marketing-politico-en-las-redes-sociales/ [Consulta: 2017, julio 15]
Philippe J. Maarek Marketing político y comunicación: claves para una buena información política. Editorial Paidos 1997.
Salgado Martín, Lourdes (2002) Marketing político, arte y ciencia de la persuasión en democracia. Editorial Paidos.

miércoles, 12 de julio de 2017

TIPOS DE CAMPAÑA POLÍTICA





TIPOS DE CAMPAÑA POLÍTICA
José Pérez Leal
En general, las campañas varían conforme a la dimensión del electorado involucrado, la cual determina la magnitud del esfuerzo a realizar y por lo tanto, los recursos a emplear y la amplitud de la organización requerida para la campaña.
Asimismo, difieren según el puesto en disputa: ejecutivo o legislativo. Los puestos ejecutivos atraen más la atención de la gente por las promesas de los candidatos y los beneficios directos que puede obtener si honran su palabra; a su vez, los mensajes de campaña se pueden referir a acciones concretas y por lo tanto, pueden ser más entendibles por la gente común. En el caso del puesto legislativo, los candidatos sólo pueden ofrecer sus votos parlamentarios en determinado sentido sin garantizar que se conviertan en ley, o bien prometer gestiones ante los gobiernos sin poder asegurar que tendrán éxito; por eso, al electorado le resultan estas campañas menos atractivas y con frecuencia la tarea legislativa es poco entendida y valorada.
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También las campañas pueden ser locales y municipales. Ambas se diferencian por la legislación que las reglamenta; porque, en general, las locales manejan menos dinero, pero pueden enfocarse mejor en las cuestiones más sentidas por la gente, utilizar más tácticas de contacto personal con el votante y basarse más en el trabajo de voluntarios. Dada la dimensión del electorado, las elecciones locales se pueden ganar o perder por sólo unos cuantos votos. Señala Gray: “cuando hablamos de una elección local nos referimos a una campaña en donde usted, como persona, pide el voto y la gente se lo da porque lo conoce a usted y lo que usted representa. Estamos hablando de democracia en su más pura forma”.
Cuando las elecciones locales y municipales son concurrentes, los candidatos locales tienen que mantener su campaña acorde con la nacional de su partido y al mismo tiempo, hacer que no pierda su carácter local; también, deben aprovechar la popularidad de los candidatos municipales de su partido y deslindarse de los impopulares; y asimismo, mostrar creatividad para que su campaña no se pierda en la inmensidad de la propaganda nacional.
Desde el punto de vista de su propósito las campañas electorales pueden ser primarias, internas o precampañas, si tienen por objeto seleccionar al candidato que un partido presentará en las elecciones; y generales o simplemente electorales, cuando su propósito es conseguir votos para que alguno de los candidatos de los distintos partidos políticos ocupe un cargo de elección popular.
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La precampaña se desarrolla dentro del proceso de selección interna de candidatos, por lo que sus características dependen de cómo se realice este proceso:
a. Si la elección de candidatos es abierta, esto es, pueden votar todos los electores que lo deseen, sean o no miembros del partido, la precampaña tiene que dirigirse a todo el electorado, lo cual la hace tan compleja, extensa y costosa como una campaña general. Las precampañas abiertas tienen la ventaja de que constituyen un avance hacia la victoria, en la medida que comienzan la persuasión a favor de un partido y de un candidato desde antes de que se inicie la campaña, sus desventajas son sus altos costos, el hecho de que la decisión se comparte con personas ajenas a los afiliados y la posibilidad de que el electorado considere cumplido su deber ciudadano sólo con su voto en las primarias y se abstenga de votar en las elecciones generales.
b. Si la elección es cerrada, es decir, sólo votan quienes pertenecen al partido o sus delegados, la precampaña se enfoca más en ellos; en este caso, se realiza al interior del partido y su extensión y complejidad corresponden a su padrón de afiliados.
En ambos casos la precampaña se enfoca en un rango menor del electorado: los militantes o los identificados con el partido, lo que hace posible que los precandidatos pueden intentar más contacto personal con ellos. Sin embargo, los precandidatos con poco apoyo partidista, pero simpatía notable en sectores importantes del electorado, suelen dirigir sus precampañas “cerradas” hacia todo el electorado, con el fin de forzar a los miembros de su partido a que voten por ellos dada esta popularidad que podría garantizar la victoria, frente a precandidatos con muchas simpatías partidistas pero con poco apoyo entre el electorado general.
Las precampañas tienen los mismos rasgos que las campañas, y su planeación y manejo pueden seguir lineamientos similares, pero generalmente son más breves, se inician con el anuncio de la postulación como precandidato, continúan con el registro de la precandidatura y el proselitismo, y también pueden culminar con un cierre.

Diferencias Principales entre Precampañas y Campañas
Las diferencias principales entre precampañas y campañas radican sobre todo, en que su mensaje debe ser atractivo para quienes apoyan al partido, sin enajenarse al resto del electorado; que tienen que diferenciar y contrastar precandidatos, pese a ser similares por cuanto pertenecen al mismo partido; y que todos sus actos deben considerar la posibilidad de conciliación entre los precandidatos en competencia, una vez decidido quien representará al partido en la elección general. Se trata de una guerra fratricida, en la cual los adversarios tienen que reconciliarse; esto determina que la competencia deba realizarse en las mayores condiciones de limpieza, equidad y respeto mutuo, y que el uso de acciones negativas tenga que limitarse para no causar daños irreparables al opositor y al propio partido. Por eso, la mayoría de las precampañas no deben ser reñidas.

Riesgos de las precampañas
Los principales riesgos de las precampañas son:
a. Que su mensaje si bien sea muy atractivo para los miembros del partido del precandidato, provoque el rechazo de los grupos del electorado cuyo voto será necesario para ganar la elección general. Al contrario, óptimamente, se trata de comenzar la persuasión de los no afiliados, a quienes una vez ganadas las primarias habrá que recurrir en busca de sus votos.
b. Que los contendientes se digan tales cosas entre sí por los medios de comunicación masiva, que sea cual sea quien resulte triunfador, difícilmente pueda controlarse y repararse el  daño infringido por sus oponentes, de modo que el triunfador llegue muy debilitado a la campaña general y por lo tanto, con grandes probabilidades de derrota.
Conviene tener presente que toda campaña interna, refleja sus contenidos en toda la sociedad, sean o no afiliados del partido que está en precampaña: cada gesto, cada palabra, cada pieza publicitaria, va a ser evaluada por afiliados, por adversarios y por independientes. Los ataques y contraataques que se lanzan los precandidatos entre sí, frecuentemente dotan de municiones a la oposición.
c. Que los electores voten por un partido opuesto al que pertenecen. Esto es posible cuando la primaria es abierta y no se requiere ser miembro del partido, o cuando el elector cambia su registro partidista con anticipación suficiente para poder votar en las primarias cerradas en las que sólo votan los miembros. Esto se observa cuando el elector encuentra las primarias de otros partidos más interesantes que las propias o cuando el votante desea apoyar verdaderamente a un candidato de un partido distinto al que pertenece. Esta práctica es antidemocrática cuando tiene el propósito de tratar que gane el candidato más débil  del partido opositor.
d. Que agoten a los precandidatos y a sus equipos, dejándolos psicológica y emocionalmente exhaustos justo antes de la batalla más importante.
e. Que la lucha preelectoral desgarre al partido y lo divida en facciones, y que una vez efectuada la elección primaria, los perdedores no se sumen al vencedor o no colaboren con la campaña que tendrá que emprenderse y hasta la saboteen; o que en el peor de los casos, los grupos perdedores deserten del partido e incluso lleguen a incorporarse a las filas enemigas, en un momento en que se requiere toda la fuerza y unidad del partido.
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Las reglas y procedimientos a que se sujeten las precampañas pueden aumentar estos riesgos si permiten que se realicen en periodos prolongados, en varias etapas, o a dos o más vueltas.
Para los campañistas las precampañas son una oportunidad de probar sus fuerzas y debilidades, así como de afinar sus estrategias; a los electores les permiten involucrarse directamente en el proceso democrático, obtener un conocimiento inicial de quienes serán candidatos, arrancarles las primeras promesas, y estimar cuál de ellos podría constituir una candidatura victoriosa.
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José Pérez Leal
Director de Investigación y Proyectos
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REFERENCIABIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES

ESEM, Editorial (1985) Curso de Marketing. Madrid. 1.985. Pág. 4.
García Ruescas, Francisco (1980) Publicidad y propaganda política. Madrid – España Editorial Cirde.
Izquierdo Navarro, Francisco (1983) La publicidad política. Madrid – España Ibérica Europea de Ediciones
Lindon, Denis (1997) Marketing político y social. Madrid – España. Editorial Teeniban.
Menéndez Roces, César y Alonso Rivas, Javier (1983) Marketing electoral. Madrid – España Ibérica Europea de Ediciones.
Mota, Ignacio H. de la: (1967) La publicidad un arma política. Editorial Torralba. Madrid. 1967.
Rincón,  Silvia (2015) Marketing Político: La venta de un “Producto” llamado “Candidato” [Artículo en línea] disponible en:   http://blog.marketingpoliticoenlared.com/2015/10/21/marketing-politico-la-venta-de-un-producto-llamado-candidato/#sthash.UN5OOonn.dpuf [Consulta: 2017, julio 12]
Seijas, Félix (1998) Investigación Electoral: Encuestas electorales. Caracas – Venezuela. Ediciones del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela

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